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jueves, 28 de mayo de 2009

Los libros digitales, ¿camino al éxito?


Parece que van encontrando un hueco a los libros digitales (los llamados ebooks). Los dispositivos de lectura digital como Papyre, Kindle o Cybook ya son aceptados —y casi venerados— por los usuarios de libros electrónicos, y comienza a ser una realidad la incursión del libro de bolsillo digital en la sociedad.

Para lograr esta incursión, se han tenido que superar varias pegas de esta tecnología: como la aparición de la "Tinta electrónica", una patente que evita el cansancio de los ojos. Tambien se ha reducido el peso de los dispositivos, y se ha mejorado las condiciones de lectura y la accesibilidad de los contenidos. La solución ha llegado en muchas ocasiones simulando la realidad física del libro en papel.

En estos dispositivos se pueden almacenar miles de títulos, descargarse de forma inmediata ebooks y audiolibros o encontrar contenido de libre dominio.

Siempre he pensado que los ebooks iban a terminar triunfando por dos cosas fundamentales:

Dan opción a seguir una lectura en momentos de tiempo perdido (esperando un autobús, viajando). Pese a que tengas el libro físico en casa, esperando.

Por otro lado, es una herramienta adecuada para consultar un manual técnico, un diccionario, una ley, en cualquier momento en el que lo precises, puedes llevar encima un sinfín de contenido digital.

Es improbable que el libro digital le reste terreno al libro físico —que también está en un buen momento—, y menos aún, como sostenían muchos en los 90, que acabe con el formato papel del libro. En una sociedad que intenta ir hacia la sostenibilidad, me parece positivo que convivan ambos soportes.

Aunque aún hay quien sostiene que le hacemos un favor al planeta reduciendo las impresiones físicas en los libros, se trata de un tema complicado, ya que la impresión física va a seguir siendo necesaria.

Algo que me preocupa es la permanencia histórica de los contenidos que solo son digitales. Muchos textos egipcios se perdieron por las características de degradación del papiro. En los llamados palimpsestos, en los que se aprovechaba el papel en el ya había contenido escrito, se perdía la información anterior. ¿Pasará igual con los libros electrónicos?, ¿Usaremos el espacio de disco para almacenar otros ebooks y perderemos los datos?, ¿Con ello la continuidad cultural escrita?

¡Claro que no!, ya se encargarán los historiadores de obtener dichos escritos y representarlos en los soportes que surjan con la innovación futura.

Los archivos digitales llegarán a los futuros habitantes de la tierrra, como nos han llegado los incunables o los manuscritos redactados en un scriptorum.

Demos la bienvenida —ahora sí— a la era del papel digital.

4 comentarios:

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

Manuel, independientemente de su contenido, a mi me encanta acariciar, tocar, oler incluso el libro físico, la encuadernación, el color, todo lo que da forma al libro, propiamente dicha.

Por eso, me niego a que desaparezca el libro en papel, pero sí que es cierto que, como dices, le haríamos un favor al planeta.

Creo en la tecnología de la información, del ocio, de la cultura en general, y aunque no creyera me daría igual porque está aqui y es imparable.

¿Podrán convivir durante mucho tiempo más ambos formatos? El tiempo lo dirá.

Saludos, Manuel

faustino lobato dijo...

Me parece que nunca el olor del papel desaparecerá y no lo digo por romanticismo...el placer de pasar una hoja, de tactar la textura de las pastas...esto no lo tiene lo digital...Acepto lo que viene porque son realidades sin marcha atrás pero lo anterior es nagnífico y no lo digo soportando el síndrome Gütemberg. Un abrazote. Tino

Manuel Romero Higes dijo...

¿Y qué me decís del orgullo de firmar un ejemplar?, ¿Cómo lo harán en las ediciones digitales?

¡AHHHHH! eso es lo que llaman Firma Digital.

(es broma).

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

¿Dónde guardar las rosas secas regaladas?