
----------------------------------------------------------------------------------- Ella, ayer, alocada juventud, historias de hombres y fiestas. Hoy, sola, comida por los años, recuerdos e impotencias, de toda la vida, en el piso de arriba.
Él, viudo, sin familia, apagado, ayer y hoy, en el piso de abajo.
Ella, cada amanecer cogía jazmines de su terraza y dejaba caer uno en la terraza de él
Él recogía, más tarde, el jazmín y susurraba: Buenos días.
Ella, cada noche, antes de acostarse, arrastraba ruidosamente una silla.
Él, con un libro entre las manos, susurraba: Buenas noches.
Ella y él coincidían, a veces, en la escalera, en el ascensor…Reverberando complicidades, se miraban, sonreían y suspiraban: ¡Qué tiempecilo tenemos!
Y eso: la vida sin más.
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