Imcrea diseño editorial vuelve a publicar un libro, esta vez de prosa, marcando ese gusto por la creación en lo cotidiano. El texto es de Faustina Moreno Corrales, que en sus “Caminos de papel”, que es así como se llama el libro, nos hace participes de sus sentimientos más íntimos y personales.
El libro merece una detenida lectura, que puede hacerse en todos los sentidos. No es un texto al uso donde haga falta una lectura lineal. Es importante dejarse mecer por las líneas de una prosa cuidada llena de calidades poéticas. Quien escribe tiene la habilidad de comunicar y de transmitir emociones, a través de sentidas descripciones y de sencillas analogías, metáforas de graves imágenes. En todo ello gusta la autora de los binomios: ruido-mar/ silencio; noche/ día; compañía/ soledad, para marcar el contraste que, en cada caso, las emociones provocan en lo más profundo del Ser.
Faustina Moreno aprovechará los lugares, desde los entornos más próximos y las situaciones que en ellos se suceden, para enviar al lector unos mensajes llenos de valores universales, como la libertad, siempre en un contexto intimista desde el cual fácilmente se conecta.
“Caminos de papel” es un viaje por los sentidos, acompañado de los sentimientos más nobles, de las emociones mas genuinas aunque cotidianas y citadinas. Todo transcurre desde el 8 de agosto al 30 de diciembre, un viaje que va de los calores del verano al frío del invierno. Tomando las fechas en sentido figurado sería algo así como un recorrido emocional del afuera (verano), hasta el adentro (inverno), desde la exteriorización de los sentimientos hasta el intimismo mas lato.
Los capítulos, marcados con números romanos, se abren en el mes de agosto. En este momento se sucede el enfrentamiento rabioso con el papel, (I) que lejos de temerle, para la autora es el trampolín que le sirve para catapultar los sueños en un marco silente propiciado por el mar. Este mar(III) que subraya la importancia del valor de la libertad en un contexto diferente en medio de sobreabundantes notas románticas. El valor de lo libre se refuerza con la figura de una jaula, anotándose aquí el primero de los binomios aludidos (jaula/mar) al que seguirá la paradoja de una tarde de toros (V) donde la noche y la luz, sagre y arena mantienen en vilo los sentimientos.
Terminará este mes con un encuentro protagonizado por las masas, un encuentro con los otros en un concierto de música. Es curioso, el concierto musical está realizado por alguien que pertenece a lo más innovador de los setenta, a esa década prodigiosa del pop español. La figura del encuentro, que no el protagonista, es Miguel Bosé artista rompedor con los estereotipos y las formas provincianas de esos de años previos a la democracia. En este artista , Faustina, retoma la figura del Quijote que rompe lanzas recordado ante la visión de los campos eólicos (II) donde la quimera es su mejor nota.
Con septiembre el alma se recoge en un ámbito lleno de olores y ausencias de color siendo la lluvia la que invita al recogimiento (VII). Estas secuencias las repetirá (IX) con notas marcadas por la palabra: otoño, “cerrada como un balcón”, “redonda como una castaña”. En estos capítulos otoñales el romanticismo y el intimismo de la autora no olvida a Becquer a quien cita en medio de recuerdos familiares, destacando esa acción del estar-ahí que lleva al ser, con toques puramente existenciales, hasta el desprendimiento radical en el hecho del vaciar la casa familiar (VIII). En realidad las catarsis suelen ser purificadoras y generalmente duelen sobre todo cuando se materializa en una firma de venta.
El culmen de este mes se marcará pleno de notas románticas y platónicas con las referencias al fallecido actor Paul Newman.
Octubre es el mes más prolijo en sentimientos. Sus trece capítulos darán buena cuenta de este viaje de las emociones del “Camino de papel”. En los lugares que se suceden se establece esos otros contrastes de los binomios ahora entre los otros y la soledad. Los “otros” un espejo donde mirarnos (XI) y también el lugar donde estar solos, una soledad acompañada que se marcan con sonetos barrocos de Lope de Vega. (XII). El encuentro con los amigos es la justificación para notar la importancia de la unidad en ese agridulce que Faustina Moreno llama el dialogo de lo convergente/ divergente.
En todos estos capítulos descriptivos de la cotidianidad de octubre, las emociones se desbordan en medio de una procesión religiosa. La imaginaria barroca del sur es el marco excepcional para hablar de ese encuentro entre la belleza( estética) y la bondad ( ética) , asomándose desde un balcón, figura de la torre vigía, al propio Misterio. Los encuentros familiares hacen revivir las emociones como indica el aserto latino “convivum est revivium”.
La intencionalidad de la obra se marcará en el centro de estos capitulos (XVIII) con el deseo de contemplar la vida a través de todos y cada uno de los espacios. La contemplación es un instrumento importante en esta obra; un contemplar desde lo cotidiano a través de lugares exquisitos con connotaciones particularmente románticas (XX): Venecia (o el Renacimiento), Paris, Viena (o la Modernidad ); Londres ( o el Poder) . Cuatro ciudades que en sí significan el hecho mismo del tránsito vital; ciudades bañadas por la levedad y la potencia de las aguas de un Sena calmoso, de un Danubio turbulento, o de un Támesis con nieblas. Un capitulo, en definitava seductor impresiones. Impresiones que toman cuerpo al poner en la palestra de las imágenes a Monet ( XXIII).
La sensibilidad de la autora queda patente en esta continua resistencia a vivir en la asimetría de lo superficial (XIX), notando su horror permanente ante el vacío (ausencia de color) ( XX) y la muerte (XXIV).
Comienza las experiencias de diciembre con un atentado, que nunestra autora anota como un hecho violento que conmociona, antes que nada, el alma provocándole "vergüenza ante el hecho de compartir la condición del ser humano compartida con quienes las desprecian". La vida es fragil, fugaz y se mezcla inexorablemente con el tiempo. Este, el tiempo, es un elemento que aparece indistintamente en la obra(XXVII/ XXXII). Un cronos en permanente lucha con el cairos haciendo de esta fugacidad de la vida el viaje esencial. La figura la sitúa en el hecho de tomar el tren(la oportunidad vital) en una estación cualquiera (atentos a ese momento oportuno). Es bueno permanecer en la estación de los días atentos a la vida que pasa dejándonos envolver por las sorpresas.
Para terminar quiero significar este hecho del recorrido por los sentimientos que el libro “Caminos de papel” hace manteniendo una conversación “que es la suya `propia”,(XXVI), un dialogo íntimo que llega a convertirse en rito propiciatorio para ofrecer la soledad ésta que se hace literatura, palabra escrita, interpretación gadameriana, una soledad que al mmismo tiempo se vuelve “comunicación profunda entre los seres humanos”.
Ha sido un inmenso placer haber compartido estas paginas donde la autora del libro ha vertido sus mejores experiencias que ahora, una vez publicadas, ya son un poco de todos los lectores. Gracias.
El libro merece una detenida lectura, que puede hacerse en todos los sentidos. No es un texto al uso donde haga falta una lectura lineal. Es importante dejarse mecer por las líneas de una prosa cuidada llena de calidades poéticas. Quien escribe tiene la habilidad de comunicar y de transmitir emociones, a través de sentidas descripciones y de sencillas analogías, metáforas de graves imágenes. En todo ello gusta la autora de los binomios: ruido-mar/ silencio; noche/ día; compañía/ soledad, para marcar el contraste que, en cada caso, las emociones provocan en lo más profundo del Ser.
Faustina Moreno aprovechará los lugares, desde los entornos más próximos y las situaciones que en ellos se suceden, para enviar al lector unos mensajes llenos de valores universales, como la libertad, siempre en un contexto intimista desde el cual fácilmente se conecta.
“Caminos de papel” es un viaje por los sentidos, acompañado de los sentimientos más nobles, de las emociones mas genuinas aunque cotidianas y citadinas. Todo transcurre desde el 8 de agosto al 30 de diciembre, un viaje que va de los calores del verano al frío del invierno. Tomando las fechas en sentido figurado sería algo así como un recorrido emocional del afuera (verano), hasta el adentro (inverno), desde la exteriorización de los sentimientos hasta el intimismo mas lato.
Los capítulos, marcados con números romanos, se abren en el mes de agosto. En este momento se sucede el enfrentamiento rabioso con el papel, (I) que lejos de temerle, para la autora es el trampolín que le sirve para catapultar los sueños en un marco silente propiciado por el mar. Este mar(III) que subraya la importancia del valor de la libertad en un contexto diferente en medio de sobreabundantes notas románticas. El valor de lo libre se refuerza con la figura de una jaula, anotándose aquí el primero de los binomios aludidos (jaula/mar) al que seguirá la paradoja de una tarde de toros (V) donde la noche y la luz, sagre y arena mantienen en vilo los sentimientos.
Terminará este mes con un encuentro protagonizado por las masas, un encuentro con los otros en un concierto de música. Es curioso, el concierto musical está realizado por alguien que pertenece a lo más innovador de los setenta, a esa década prodigiosa del pop español. La figura del encuentro, que no el protagonista, es Miguel Bosé artista rompedor con los estereotipos y las formas provincianas de esos de años previos a la democracia. En este artista , Faustina, retoma la figura del Quijote que rompe lanzas recordado ante la visión de los campos eólicos (II) donde la quimera es su mejor nota.
Con septiembre el alma se recoge en un ámbito lleno de olores y ausencias de color siendo la lluvia la que invita al recogimiento (VII). Estas secuencias las repetirá (IX) con notas marcadas por la palabra: otoño, “cerrada como un balcón”, “redonda como una castaña”. En estos capítulos otoñales el romanticismo y el intimismo de la autora no olvida a Becquer a quien cita en medio de recuerdos familiares, destacando esa acción del estar-ahí que lleva al ser, con toques puramente existenciales, hasta el desprendimiento radical en el hecho del vaciar la casa familiar (VIII). En realidad las catarsis suelen ser purificadoras y generalmente duelen sobre todo cuando se materializa en una firma de venta.
El culmen de este mes se marcará pleno de notas románticas y platónicas con las referencias al fallecido actor Paul Newman.
Octubre es el mes más prolijo en sentimientos. Sus trece capítulos darán buena cuenta de este viaje de las emociones del “Camino de papel”. En los lugares que se suceden se establece esos otros contrastes de los binomios ahora entre los otros y la soledad. Los “otros” un espejo donde mirarnos (XI) y también el lugar donde estar solos, una soledad acompañada que se marcan con sonetos barrocos de Lope de Vega. (XII). El encuentro con los amigos es la justificación para notar la importancia de la unidad en ese agridulce que Faustina Moreno llama el dialogo de lo convergente/ divergente.
En todos estos capítulos descriptivos de la cotidianidad de octubre, las emociones se desbordan en medio de una procesión religiosa. La imaginaria barroca del sur es el marco excepcional para hablar de ese encuentro entre la belleza( estética) y la bondad ( ética) , asomándose desde un balcón, figura de la torre vigía, al propio Misterio. Los encuentros familiares hacen revivir las emociones como indica el aserto latino “convivum est revivium”.
La intencionalidad de la obra se marcará en el centro de estos capitulos (XVIII) con el deseo de contemplar la vida a través de todos y cada uno de los espacios. La contemplación es un instrumento importante en esta obra; un contemplar desde lo cotidiano a través de lugares exquisitos con connotaciones particularmente románticas (XX): Venecia (o el Renacimiento), Paris, Viena (o la Modernidad ); Londres ( o el Poder) . Cuatro ciudades que en sí significan el hecho mismo del tránsito vital; ciudades bañadas por la levedad y la potencia de las aguas de un Sena calmoso, de un Danubio turbulento, o de un Támesis con nieblas. Un capitulo, en definitava seductor impresiones. Impresiones que toman cuerpo al poner en la palestra de las imágenes a Monet ( XXIII).
La sensibilidad de la autora queda patente en esta continua resistencia a vivir en la asimetría de lo superficial (XIX), notando su horror permanente ante el vacío (ausencia de color) ( XX) y la muerte (XXIV).
Comienza las experiencias de diciembre con un atentado, que nunestra autora anota como un hecho violento que conmociona, antes que nada, el alma provocándole "vergüenza ante el hecho de compartir la condición del ser humano compartida con quienes las desprecian". La vida es fragil, fugaz y se mezcla inexorablemente con el tiempo. Este, el tiempo, es un elemento que aparece indistintamente en la obra(XXVII/ XXXII). Un cronos en permanente lucha con el cairos haciendo de esta fugacidad de la vida el viaje esencial. La figura la sitúa en el hecho de tomar el tren(la oportunidad vital) en una estación cualquiera (atentos a ese momento oportuno). Es bueno permanecer en la estación de los días atentos a la vida que pasa dejándonos envolver por las sorpresas.
Para terminar quiero significar este hecho del recorrido por los sentimientos que el libro “Caminos de papel” hace manteniendo una conversación “que es la suya `propia”,(XXVI), un dialogo íntimo que llega a convertirse en rito propiciatorio para ofrecer la soledad ésta que se hace literatura, palabra escrita, interpretación gadameriana, una soledad que al mmismo tiempo se vuelve “comunicación profunda entre los seres humanos”.
Ha sido un inmenso placer haber compartido estas paginas donde la autora del libro ha vertido sus mejores experiencias que ahora, una vez publicadas, ya son un poco de todos los lectores. Gracias.
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