El día de San Valentín ya va pasando… Y es necesario, también en esta tarde, escribir con letras de ceniza… La vida, en la distancia, cuando el camino es largo, va siendo reducida a sombras aparentes… A nuestro alrededor comienza a dibujarse la penumbra y la bruma…
Sin embargo, quizás, el prematuro otoño, a pesar de mostrarnos su presencia, tiene colores aún de verde-primavera… Por eso es bueno remirar lo que era ayer. Gozarnos otra vez en el amor primero que aunque voló en el viento nos dejó una palabra renacida que siempre empieza a ser en el presente.
Porque la nieve blanca, que ya hoy es de ayer, perdura en el silencio de lo escuchado-antiguo y se ha ido cuajando en una perdurable entrega de presente.
En este caminar, donde ya apenas va quedando el eco de las cosas, la vida se renueva en el amor primero que, en su presencia, hoy vive eternidades, porque se entretejió con mirada sencilla y en el amor de manos…
El flujo y el reflujo de este amor tan sencillo, que ha olvidado distancias, sigue viviendo hoy en un palpar de manos que van reverdeciendo en gestos y palabras. Todo como fue ayer… y como será siempre…
Sin embargo, quizás, el prematuro otoño, a pesar de mostrarnos su presencia, tiene colores aún de verde-primavera… Por eso es bueno remirar lo que era ayer. Gozarnos otra vez en el amor primero que aunque voló en el viento nos dejó una palabra renacida que siempre empieza a ser en el presente.
Porque la nieve blanca, que ya hoy es de ayer, perdura en el silencio de lo escuchado-antiguo y se ha ido cuajando en una perdurable entrega de presente.
En este caminar, donde ya apenas va quedando el eco de las cosas, la vida se renueva en el amor primero que, en su presencia, hoy vive eternidades, porque se entretejió con mirada sencilla y en el amor de manos…
El flujo y el reflujo de este amor tan sencillo, que ha olvidado distancias, sigue viviendo hoy en un palpar de manos que van reverdeciendo en gestos y palabras. Todo como fue ayer… y como será siempre…
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